Era un amor que olía a viejo, si los mirabas a lo lejos parecían dos perfectos desconocidos, pero solo era apariencia, su complicidad iba más allá de lo mero estético, ambos sabían que podían correr libres, pero que afín de cuentas al llegar a casa llegaban a curar sus heridas y a platicarse que tal había estado su día, era un amor viejo que ya se entendía que había pasado de lo carnal a la complicidad de la compañía, el sabía a qué hora ella debía tomar sus medicamentos y ella que rodilla le chasqueba por las noches, no era necesario ir tomados de las manos, su conexión sentimental llegaba más allá, sus años de confianza le habían dado la oportunidad de conocerse y bien sabían que el engaño no era una opción a pesar de que los dos en su juventud solían ser agraciados físicamente, ahora en la vejez ya nada de eso importaba, se conocían tan bien que no era necesario exagerar, el hastío jamás los invadió pues tenían suficiente de ellos, de hecho sabían que no podrían vivir el uno sin el otro, el día en que Margarita enfermo, Leopoldo se angustio, no concebía el mundo sin ella, abandonó todo y acampó en el hospital donde ella convalecia, las enfermeras cuentan que el jamas se separó de ella, le sostenía la mano todo el tiempo, le acariciaba, le peinaba, a veces no eran necesarias las palabras... A veces salían sobrando, Leopoldo apagaba la luz de la habitación del hospital y desde ahí miraban las estrellas y el recordaba con emoción sus largos paseos a la luz de la luna con una gran suerte Margarita salió del hospital, pero sabían que en algún punto el destino los tendría que alcanzar y todas las noches que la tomaba de la mano antes de ir a dormir, sabían que ambos se buscarían para continuar su historia, algo que nació con las chispas de un amanecer...
It was a love that smelled old, if you looked at them from a distance they seemed like two perfect strangers, but it was only appearance, their complicity went beyond mere aesthetics, they both knew they could run free, but after all when they got home they came to heal her wounds and talk about how her day had been, it was an old love that was already understood to have gone from the carnal to the complicity of the company, he knew at what time she should take her medications and she knew what knee she had They snapped at night, it was not necessary to hold hands, their sentimental connection went further, their years of trust had given them the opportunity to get to know each other and they well knew that deception was not an option despite the fact that the two in their relationship youth used to be physically graceful, now in old age none of that mattered, they knew each other so well that it was not necessary to exaggerate, boredom never invaded them because they had enough of them, in fact they knew that they could not live without each other another, the day Margarita fell ill, Leopoldo became anguished, he could not conceive of the world without her, he abandoned everything and camped in the hospital where she was convalescing, the nurses say that he never separated from her, he held her hand all the time, He caressed him, combed his hair, sometimes words were not necessary... Sometimes they were unnecessary, Leopoldo turned off the light in the hospital room and from there they looked at the stars and he remembered with emotion his long walks in the moonlight With great luck Margarita got out of the hospital, but they knew that at some point destiny would have to catch up with them and every night that I took her by the hand before going to sleep, they knew that both would seek each other out to continue their story, something that was born with the sparks of a sunrise...
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